A lo largo de los años, he visto como la relación entre profesores y alumnado se abría a la comunicación y la participación, y la dinámica de las clases hacía posible que aprender fuese "incluso" divertido. Siempre he admirado la capacidad de l@s maest@s para realizar tantas tareas en un curso escolar: clases, reuniones de ciclo, claustros, citas con padres, excursiones, teatro de navidad, carnavales, actividades de fin de curso, actas, memorias, formación... Sin hablar de la integración, la heterogeneidad de los grupos o los problemas de disciplina.
Ahora veo que la entrada de las nuevas tecnologías en el aula van a suponer un punto de inflexión en la enseñanza. Veo la escuela del futuro mucho más constructivista, participativa y motivadora tanto para profesores/as como para alumn@s. Veo una puerta abierta a miles de recursos, a la creatividad, al intercambio de información y a la colaboración. Veo que todo esto supone, como cualquier otra innovación, inversión, formación y dedicación.
Pero, sobre todo, veo que el esfuerzo de todo aquel que acepte el reto con ilusión se verá altamente recompensado al descubrir un mundo lleno de posibilidades.
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